Una sensación de bienestar total

 

Por querer pertenecer a un grupo probé el cristal al aceptar la invitación de un amigo a quien estimaba mucho. No pasó mucho tiempo cuando los problemas en todo mi entorno comenzaron a surgir e incrementar, tenía conflictos constantes con mi esposa y con mi mamá, quien, al verme en mal estado se culpaba así misma por mi situación. Yo me aprovechaba de esa culpabilidad sin fundamento para hacerles sentir que era una víctima de las circunstancias y no el responsable de mi situación. Constantemente culpaba a mi esposa y siempre encontraba un buen motivo para drogarme, para estar anestesiado y no asumir la responsabilidad de mis actos. También con el tiempo perdí mi trabajo.

“Siempre estaba enojado, frustrado y esas emociones se convirtieron en una profunda depresión. Mi fuga era el cristal y no me daba cuenta de la magnitud del daño que provocaba, tanto a mi como a mi familia”.

De pronto me convertí en una persona que mentía constantemente, le mentía a mi esposa, a mi madre y a mí mismo por hacer creer a los demás que todo estaba bien, cuando en realidad todo iba cuesta abajo. Sin embargo, mi aspecto demacrado hacía patente de que nada estaba bien en mi vida. Uno de los efectos del cristal es la capacidad para poder pasar días sin comer ni dormir. Por lo tanto, la falta de sueño y la malnutrición no se podían ocultar al adelgazar demasiado.

Mi situación era ya insostenible y gracias a que el hijo de una amiga de mi mamá le fue muy bien al hacer el Programa de Narconon Navojoa, fue que conocimos el Centro. Mi mamá y mi esposa no sabía ni por dónde empezar a buscar y yo no tenía intensión de cambiar, así que al escuchar sobre la única propuesta que tuve para rehabilitarme, acepté, pero con muchas reservas. Un par de veces intenté dejar de consumir por mi cuenta, desafortunadamente el resultado fue fallido al no poder manejar los deseos incontrolables, la ansiedad ni el malestar de la abstinencia.

Mi familia se puso muy contenta cuando acepté hacer el Programa y desde el principio sentí ese apoyo incondicional que solo el amor de una madre y de una esposa pueden brindar. Hicieron hasta lo imposible para que lo más rápido posible comenzara con mi proceso de rehabilitación. Nunca olvidaré las palabras de mi mamá que me dijo que no sabía cómo pero que conseguiría el dinero para el Programa y así fue, Dios es grande y todo se acomodó para irme.

Los primeros días que estuve en Narconon Navojoa todo era nuevo para mí y no terminaba de estar bien porque siempre tenía dudas sobre si realmente el Programa me serviría o me cuestionaba sobre cómo podría pasar mis días sin el consumo del cristal.

Mi sorpresa fue muy grande porque no pasó mucho tiempo cuando me di cuenta de que empecé a ver las cosas desde otra óptica, es decir, mi pensamiento fue más positivo. Esto lo logré gracias al staff quien siempre estuvo al pendiente de mi durante la primera etapa del Programa que fue la Retirada Libre de Drogas. Gracias a todas las vitaminas y a las técnicas especiales que utilizaron, pude pasar de la mejor manera posible las molestias propias de la abstinencia, por lo que mis reservas y miedos comenzaron a esfumarse al darme cuenta de que sí hay un camino para pasar por el síndrome de abstinencia.

Durante la segunda etapa del Programa que fue la Desintoxicación de la Nueva Vida (combinación de ejercicio, sudado en calor seco de sauna y un régimen nutricional específico), fue que me di cuenta de que estaba en el lugar correcto para acabar con mi problema de adicción. Gracias a este paso me sentí con más energía, comencé a comer y a dormir adecuadamente y esas ansias por consumir simplemente se fueron.

Lo mejor de este proceso fue que al desintoxicarme, mi aspecto físico mejoró mucho. Ya no era un hombre demacrado, ahora tenía brillo, la cara no estaba sumida en la tristeza de la adicción y aumenté unos cuantos kilos, por lo que ahora era un hombre con un aspecto saludable.

Durante los procesos Objetivos que son una serie de ejercicios enfocados a dirigir la atención en el entorno presente e inmediato, obtuve muchas ganancias porque me ayudaron a estar más atento en todo. Asimismo, mi forma de comunicarme mejoró y me di cuenta de que tengo la capacidad de expresarme de una mejor manera.

Gracias a los cursos sobre Destrezas para la Vida como último paso del Programa, recuperé muchas habilidades que había dejado de practicar. Esto se tradujo en sentirme una persona más segura y fuerte para enfrentar los vaivenes de la vida. Me sentí muy satisfecho porque logré comprender la causa de mi adicción, así como los motivos por los cuáles no podía dejar de consumir.

“Me sentí muy feliz por haber terminado el Programa de Narconon en Navojoa, ya que me voy con la certeza de que sí se puede vivir sin drogas y de que un drogadicto sí deja de ser un drogadicto”.

Después de terminar el Programa me sentí un hombre renovado con muchas metas y sueños por cumplir. Hoy trabajaré por el bienestar de mi familia para tener nuestro propio hogar y ser feliz a lado de las personas quienes siempre estuvieron ahí para ayudarme. Hoy me doy cuenta de toda la riqueza que me rodea, misma que no disfrutaba por el efecto del cristal.

Hoy agradezco a Dios por darle la guía a mi madre al escuchar sus súplicas por ver de vuelta a su hijo. También quiero agradecer a todo el personal de Narconon Navojoa porque siempre estuvieron dispuestos para ayudarme y, por último, le doy gracias al señor Hubbard por desarrollar esta gran tecnología que ha ayudado a muchas personas en todo el mundo, quienes, como yo, estaban atrapados en la pesadilla de la adicción.

Quiero decirles a todas esas personas que actualmente están consumiendo que se den cuenta del daño que están causando, no solamente a ellos mismos sino también a su familia. Quiero invitarlos a que hagan este Programa para que tengan una vida feliz, libre de las adicciones a las drogas y al alcohol.

Muchas gracias por salvar mi vida del mundo de las drogas.

Fernando, Graduado de Narconon Navojoa